Qué difícil es elegir cuando no hay opciones malas. Cuando no es elegir entre el bien y el mal, sino dos cosas que hacen bien. Pero, ¿Cuál será la que en definitiva mejor nos haga? ¿Cómo ignorar el miedo que tenés de equivocarte en una elección? De sentir que si te arrepentís, no hay marcha atras. Que cuando volves, la otra opcion ya no estara. ¿Qué hacer para ignorar el miedo a perdelo todo? ¿Será una técnica? Que difícil es calzarse los zapatos y salir a caminar sin miedo de pisar en falso por ahí y caernos. Es una angustia enorme que pareciera que acaparara todo el cuerpo y te dejara totalmente inútil para cualquier cosa que intentes hacer. Te impide pensar en otra cosa que no sean tus opciones, tu elección. En qué es lo que te conviene. La historia de cada una de ellas. El futuro que imaginás, el presente que se te esta yendo por pensar en que sera lo mejor. Y a todo esto pensas en eso: en el tiempo que estás perdiendo. En que, tal vez, ninguna de las opciones sea tan sólida como para esperar a que se te aclare el panorama... y, tal vez, te quedes sin el pan y sin la torta. ¿Por qué se nos agotan las ganas con tanta facilidad? ¿Por qué aunque uno ponga todo el esfuerzo del mundo, siente que es imposible volver atrás? Nos obligamos a sentir lo que en algun momento sentimos porque de alguna forma creemos que le debemos algo a la otra opcion, nos sentimos en deuda. Pero estamos quedando en deuda con nosotros mismos. Con lo que sentimos, lo que nos pasa, lo que nos mueve. A eso tenemos que apuntar... a lo que pasa hoy. Lo que queremos que pase mañana. No a lo que pasó. . Cuesta tanto desprenderse del pasado, aún cuando los recuerdos no sean los mejores. Tanto me cuestione por lo que hacia. Y ahora a unos meses de empezar a hacer mi sueño realidad, se me cruzan mil cosas ¿Y si creo que estoy bien y al tiempo me arrepiento?¿Por qué vivimos con ese miedo?. Yo creo que de las experiencias se aprende y nunca hay que arrepentirse sino aprender de lo que cada una de ellas te deja.